lunes, 30 de abril de 2012

Taller 3 II Periodo


Colegio nuestra señora de Nazareth
Taller de Sociales.9°
Tema: Periodo de entre guerras.


Entre 1918, año en que terminó la era Guerra Mundial, y el inicio la Segunda, en 1939, en el mundo se vivieron significativos procesos Entre estos se destacan:

La recuperación económica del mundo capitalista y socialista.
Los intentos de democratización  política en países como Alemania y España.
El fortalecimiento de intereses racionalistas y autonomistas en India y el sudeste asiático, que desembocaron en procesos de independencia.
los  enfrentamientos entre el partido Nacional Popular Chino (Kuomitang) y el Partido Comunista Chino por el dominio político en el gigante asiático.
la crisis económica de 1929.
El ascenso del nacionalsocialismo   alemán y del fascismo italiano, la Guerra Civil Española y el expansionismo del Japón.
Los deseos revanchistas de las naciones derrotadas durante la Primera Guerra Mundial, que im­pulsaron a través de estrategias económicas, políticas y militares.

Todo lo anterior señaló el camino para que se desatara la Segunda Guerra Mundial.

Alemania y el nacionalsocialismo

Luego de la Gran Guerra, Alemania quedó en la bancarrota económica que trajo hambre, carestía y des­contento social. A esta situación se sumó la crisis política desatada por el fin de la monarquía Hohenzollern  y las confrontaciones entre socialis­tas revolucionarios y socialdemócratas, aliados con el ejército.

Para superar la crisis fue necesario promulgar una nueva Constitución, la de Weimar, el 6 de febrero de 1919.

El presidente de la nueva república sería el antiguo dirigente obrero socialdemócrata, Friedrich Ebert.
A pesar de los cambios que intro­dujo la Constitución, las tensiones económicas, políticas y sociales continuaron. La inflación y el pago de los costos y reparaciones de gue­rra, impidieron la recuperación eco­nómica. Naturalmente, aumentó el descontento de las masas y de gru­pos de oficiales, que protagonizaron un levantamiento conocido como el Putsch o golpe de Kapp, suce­dido en el mes de marzo de 1920. Este movimiento estuvo acompa­ñado por huelgas obreras en Ruhr y la proclamación de una república, acción que fue suprimida por el go­bierno con ayuda del ejército.
Los intentos separatistas continua­ron en 1923 en Renania y Baviera. En este año, Adolfo Hitler y Eric Ludendorff  lideraron el fallido le­vantamiento o Putsch de la cervece­ría de Munich. Como consecuencia, Hitler fue encarcelado hasta 1925, tiempo en el que se dedicó a escribir su libro Mi Lucha.

La crisis de 1929

Los préstamos de la banca anglosajona, el aumento de impuestos y la recupe­ración de la industria permitieron que la economía alemana recobrara parte de su dinamismo entre 1924 y 1929. En el campo político, el mariscal Paul von Hindenburg sucedió en el poder a Friedrich Ebert. El mariscal era un re­conocido militar y representante de la derecha alemana.

La crisis económica de 1929 frustró la recuperación alemana, y debido a ella los inversionistas retiraron sus capita­les, las reservas bancarias cayeron, el marco se depreció, las actividades eco­nómicas se paralizaron y el desempleo alcanzó los seis millones de personas.

El Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes -NSDAP, por sus siglas en alemán- fue fundado en 1920 por Adolfo Hitler.
La plataforma política del NSDAP combinaba ideologías de corte nacio­nalista, antisemita, antiliberal y anti demócrata, sustentadas en las teorías de la superioridad de la raza aria, la subordinación del individuo al Estado,
La dictadura personalista encarnada  por un caudillo o Führer, la defensa “Espacio vital”, la sustitución de lucha de clases por la del compromiso de  todos los individuos para construir  la “Gran Alemania”, el llamado a desconocer las obligaciones fijadas en el Tratado de Versalles y la guerra  como vía para alcanzar la anhelada hegemonía germana.

En 1932, el NSDAP, o partido alcanzó la  mayoría  de escaños en el Parlamento alemán, el escenario político perfecto que permitió el ascenso de Hitler. En 1933, Hindenburg lo nombro canciller y dos años después, junte su partido, restringieron la democracia y para ello revocaron la Constitución de  Weimar e inauguraron el Tercer Reich.


La participación de Italia  en la primera  Guerra Mundial desencadenó tensiones  en el seno de los partidos políticos, por ejemplo, en 1914, Benito Mussolini  miembro del Partido Socialista Italiano, fue expulsado de sus filas por apoyar  la participación de su país en la guerra.

Un año después, en 1915, Italia declaró la guerra a los imperios centrales (Alemania y Austria-Hungría) y Mussolini se alistó en el ejército.
Durante las negociaciones después la guerra, Italia no obtuvo el recocimiento sobre territorios como Istria  y Dalmacia, situación que precipito el retiro del primer ministro Vittorio Orlando de las negociaciones de paz París en 1919.

Igual que en otros países, la Guerra y la crisis económica, condujeron a la caída del régimen liberal que  gobernó a Italia desde el siglo XIX. La economía afectada por la guerra tuvo que enfrentar la escasez de materias primas, de capitales y de mano de o tanto en la agricultura como en la industria.

Estado fascista italiano

En Italia, la falta de alimentos y la carestía aumentaron el descontento social. Entre 1919 y 920, mientras los obreros se tomaron las fábricas, los campesinos pobres hicieron otro tanto con las tierras. Por causa de esta situación, empresarios y pro­pietarios consideraron que Italia estaba al borde de una revolución social, de modo que responsabilizaron al gobierno por su ineficacia para enfrentar los desórdenes.
Esta situación fue aprovechada por Mussolini, quien en marzo de 1919 creó los camisas Negras, una organización nacionalista que enfrentó el descontento social por  medio de la violencia contra los socialistas y comunistas. El 7 de noviembre de ’1, Mussolini fundó el Partido Nacional Fascista Italiano.

Después de la Marcha sobre Roma de 1922, el rey Víctor Manuel III, entregó el  poder a Mussolini, y en 1926 la antigua monarquía parlamentaria italiana fue rem­plazada por el Estado fascista.

Entre las características del Estado fascista se destacan:

Una nueva concepción del Estado. El fascismo utilizó la democracia como estrategia para alcanzar el poder; pero una vez lo conquistó, desarticuló este sistema y
lo remplazó por un régimen dictatorial. La imposición de la dictadura fue posible gracias a que el fascismo desarticuló los demás partidos y actores políticos.
Una postura antiliberal, antidemocrática y anticomunista.

La defensa del militarismo, el expansionismo y la “superioridad racial”, así como de la nación y del nacionalismo como principios para evitar la revolución social.

El uso del terror y de la represión por parte del ejército y de la policía para enfrentar el descontento social y para liquidar a todos los señalados como enemigos del régimen. Lo anterior supuso el abandono de los derechos y libertades  ciudadanas.
La a intervención del Estado en la economía con el apoyo de la burguesía industrial.

La Falange en España

La Primera República Española abarca el periodo comprendido en­tre 1873 y 1874, y la Segunda se inició en 1931, luego de que abdica­ra el rey Alfonso XIII, y terminó en
1939,     cuando fue remplazada por la dictadura católica encabezada por el general Francisco Franco.
Durante la Segunda República las alianzas entre socialistas y republi­canos llevaron al poder al liberal Niceto Alcalá Zamora, quien go­bernó hasta 1936. También se pro­clamó una nueva Constitución con base en principios liberales que li­mitaban el poder de la Iglesia, como la prohibición a las órdenes religio­sas de ejercer labores de enseñanza.
El proceso de la Segunda República enfrentó a la izquierda, representa­da por los socialistas, y a la dere­cha, conformada por los carlistas, los monárquicos, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y la Falange Española.
La Falange Española fue fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera, año en que obtuvo un esca­ño en el Parlamento italiano. Desde sus orígenes, la Falange hizo mani­fiesta su atracción por las ideas promocionadas por Mussolini y Hitler. Además, defendió los siguientes propósitos:
              La unidad de España a través del compromiso de todos los españoles a dejar de lado los in­tereses individuales o de clase y enfrentar cualquier movimiento autonomista.
              La posibilidad de que España volviera a convertirse en imperio y que llegara a ocupar un nuevo lugar protagónico en el mundo.
              El fortalecimiento del ejército español, la abolición del sistema de partidos y el rechazo al capi­talismo.
La Guerra Civil Española tuvo como hecho detonante la detención y fusilamiento, en 1936, de Primo de Rivera, acusado de apoyar el golpe de Estado encabezado por los generales Francisco Franco y Emilio Mola.
En marzo de 1939 cayó el último reducto republicano en Madrid, he­cho que señaló el fin de la guerra ci­vil y el ascenso de Franco, apoyado por el ejército y la Falange. Franco implantó una dictadura que conclu­yó con su muerte en 1975.
El desarrollo y la expansión de Japón

Durante la era Meiji, especialmen­te entre 1868 y 1912, Japón se in­dustrializó combinando inversión extranjera y recursos del Estado. Además, abrió relaciones diplo­máticas y comerciales con varios países europeos, adoptó una nueva Constitución y el calendario occi­dental, e incluso trasladó la capital del imperio de Kyoto a Tokio. Con estas medidas Japón se transformó.
El desarrollo económico japonés motivó a los sectores militaristas a impulsar una política expansionista para lograr una posición hegemónica sobre China y la región del Pacífico.
La expansión japonesa fue causa de conflictos bélicos con China, Rusia y los Estados Unidos, especialmen­te por buscar el control de Formosa, Manchuria, las islas Sajalín, Corea, y la misma China, territorios donde esperaba obtener materias primas y mercados para sus productos.
La tendencia militarista ganó po­der gracias a las victorias militares sobre China y Rusia. Fue así como se fortalecieron sentimientos nacio­nalistas y se impidió la restauración imperial de Hirohito, quien había ascendido al trono en 1926.


En 1938, el príncipe Fuminaro Konoe, primer ministro japonés, impulsó la “esfera de coprosperidad de la mayor parte de Asia Oriental" , que crearía una asociación de Estados de Asia y del Pacífico li­derados por Japón, que incluían a China, Asia del sudeste, los archipiélagos e islas del  Manchukuo e India. Adema; 1940,          Japón firmó un pacto con Alemania e Italia, cuyo objetivo era constituir una alianza para combatir a las fuerzas Aliadas.
En 1940, el nombramiento del ge­neral Hideki Tojo como primer ministro japonés, fortaleció la estra­tegia expansionista en el Pacífico. Producto de esta expansión, Japón bombardeó la base naval de Pearl Harbor, cerca de Honolulú (Hawái), el 7 de diciembre de 1941, acción que llevó al Congreso de los Estados Unidos a aprobar la declaratoria de guerra contra Japón.


1. ¿Qué sucesos importantes se vivieron en el mundo después de la Primera Guerra Mundial?

2.  Explica la situación de Alemania al final de la Primera Guerra Mundial.

3. ¿Qué repercusiones tuvo sobre Alemania la crisis de 1929?

4 ¿Qué principios ideológicos del NSDAP consideras acertados? ¿Por qué?

5. Explica la situación de Italia después de la primera Guerra Mundial.

6. Explica las circunstan­cias que dieron lugar a la creación del movi­miento de los Camisas Negras en Italia.

7. ¿Cómo surgió el régi­men fascita italiano?

8 ¿Qué principios del fas­cismo son contrarios a la democracia?  Explica por qué.

9. ¿Con qué ideologías se iden­tificó la Falange española?

10. Explica los intereses milita­ristas de Japón después de la era Meiji.

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